Pero en el caso de los bebés y los niños pequeños, es posible que les cueste acostumbrarse a ver a las personas con mascarillas. Al principio, es posible que se sientan cautelosos. Es posible que necesiten unos minutos para mirar y observar. Eso puede ayudarles a acostumbrarse a las novedades. Es posible que necesiten que uno de sus padres les diga gentilmente: «Está bien». Eso puede ayudarlos a relajarse. Otros pueden sentirse molestos o asustados. Pueden llorar, esconder la cara o aferrarse a uno de sus padres. Las palabras tranquilizadoras, el consuelo y la seguridad del regazo de un padre o una madre pueden ayudar a calmarlos.

¿Por qué a algunos niños pequeños les asustan las mascarillas?

Las mascarillas esconden parte de la cara de una persona. Los niños pequeños dependen de las caras. Desde que son bebés, los niños pequeños miran las caras para obtener las señales que necesitan para sentirse seguros.

Cuando las caras están parcialmente ocultas por las mascarillas, los niños no pueden ver la sonrisa amigable o la mirada familiar que normalmente los tranquiliza. Cuando los niños no pueden ver la cara completa de la persona, es más difícil sentirse seguros. Es natural sentirse asustado.

Pero lenta y gentilmente, los padres pueden ayudar a los niños a sentirse más cómodos. Incluso los niños muy pequeños pueden aprender que algo que parecía demasiado aterrador al principio no lo es tanto después de todo.

¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a usar una mascarilla?

Los protectores faciales de tela (o una mascarilla facial, si tiene una) en adultos y niños mayores de 2 años pueden ayudar a retrasar la propagación del virus. A continuación, describimos algunas formas de ayudar a los niños a usar mascarillas cuando salgan:

Ayude a los niños a acostumbrarse a las mascarillas. En la medida de lo posible, deles tiempo a los niños para que practiquen con sus mascarillas antes de que tengan que usar una fuera de su casa, y enséñeles cómo ponerse y quitarse las mascarillas.

Puede también animar a los niños a decorar su mascarilla. Esto puede ayudarles a sentir que son dueños y que controlan la situación. Un toque personal puede ayudar a que sea una parte más normal de su rutina y a que sea más probable que quieran usar la mascarilla. Dependiendo del tipo de mascarilla, los niños pueden dibujarla con rotuladores o ponerle pegatinas.

Háganlas juntas y dejen que los niños mayores participen. Hay mascarillas sin costura que son fáciles de hacer, a menudo con materiales que probablemente ya tienen (camisetas, pañuelos, etc.). Si cosen las mascarillas, quizás los niños puedan seleccionar la tela o los patrones para las mascarillas que usarán.

Promueva la actividad como algo divertido. Con los niños más pequeños, introduzca el sentido del juego. Los niños pueden pretender ser un doctor o una enfermera mientras usan sus mascarillas. Tal vez quieran usar un equipo médico y «cuidar» de un muñeco de peluche o una muñeca.

Tengan algunas mascarillas a mano mientras los niños juegan. Esto les permite usar su imaginación sobre cómo usarlas durante el tiempo de juego. También ayuda a que las mascarillas sean una parte más normal de su mundo cotidiano. Pueden pedirle a su hijo que ponga una mascarilla en un peluche y luego hacer preguntas de seguimiento sobre por qué el peluche lleva la mascarilla. Dependiendo de la respuesta de su hijo, puede aclarar cualquier confusión y darle confianza.